El Último Conteo

En el artículo titulado Navidad 2.0, John mostró cómo Orión confirma la fecha exacta de nacimiento de Jesucristo y aún la fecha y hora cuando Dios sopló el aliento de vida en la nariz de Adán en la víspera del primer sábado. En el artículo que siguió, El Error de Miller, les expliqué cómo el clásico error de un año de Guillermo Miller encontró su contraparte en nuestra experiencia, y cómo finalmente la fecha correcta para el regreso de Cristo fue revelada a nosotros. Estos dos artículos establecieron las fechas exactas del inicio y del fin de la historia humana.

 En este artículo voy a mostrar, cómo el Reloj de Dios en Orión - el Libro de los Siete Sellos - se aplica a todo el lapso de la historia al igual como lo dijo Elena de White en un pasaje que veremos en un instante. También mostraré, cómo la mayor joya en el “cofre” del primer Miller brilla diez veces más a la luz de Orión.

Sin más preámbulos, vamos a considerar esta cita asombrosa de la Hermana White:

Le preguntamos a Juan lo que vio y oyó en la visión en Patmos, y él responde: “Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.” {20MR 197.1} [traducido]

Aquí en Su mano abierta yacía el libro, el rollo de la historia de las providencias de Dios, la historia profética de las naciones y de la iglesia. Contenía las declaraciones divinas, Su autoridad, Sus mandamientos, Sus leyes, todo el consejo simbólico del Eterno, y la historia de todos los poderes que rigen las naciones. En lenguaje simbólico, el rollo contenía la influencia de toda nación, lengua y pueblo desde el comienzo de la historia del mundo hasta su fin. {20MR 197.2} [traducido]

¡Increíble! ¡Eso es un montón de información empaquetado en el libro! Sabemos que el Reloj de Orión llega al fin de la historia, ¿pero es posible que también se remonte a los comienzos de la historia, no sólo dándonos la fecha de la creación, sino incluso contándonos la historia de las naciones desde esa época hasta la nuestra?

El caballo blanco

La apertura del primer sello del libro corresponde al caballo blanco:

Vi cuando el Cordero abrió uno de los sellos, y oí a uno de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer. (Apocalipsis 6:1-2)

Es de conocimiento común que el caballo blanco representa el Evangelio puro, y que “salió venciendo” representa la difusión de este a medida que “vence” o sea “conquista” los corazones de los hombres y mujeres que lo escuchan. Es la correcta interpretación que “la salida del caballo blanco con el Evangelio puro” se refiera a la época de Cristo, y hay muchos estudios que muestran en forma excelente, cómo los primeros seis sellos se cumplieron en la era cristiana. Esto es lo que llamamos la “clásica” interpretación de los sellos. (Uno de estos estudios se puede ver en YouTube con el Pastor Esteban Bohr llamado “Los siete sellos”.) Este nivel de conocimiento ha existido desde la época de Miller y corresponde a lo escrito en el exterior (o “por fuera”) del libro de los siete sellos. Las señales visibles del Gran Terremoto de Lisboa, del Día Oscuro y de la Lluvia de Estrellas (de 1833), que corresponden exactamente con el sexto sello, despertaron el mundo al Juicio inminente y completaron la interpretación de los primeros seis sellos.

Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terremoto; y el sol se puso negro como tela de cilicio, y la luna se volvió toda como sangre; y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos cuando es sacudida por un fuerte viento. (Apocalipsis 6:12-13)

Sin embargo, al igual que las marchas de Jericó durante seis días se repitieron todos en el séptimo día, los primeros seis (clásicos) sellos son seguidos por su repetición durante el período del Juicio desde 1844 hasta el fin (véase La Historia se Repite para el estudio completo). Estos sellos repetidos son el tema central del estudio de Orión, y representan el ciclo completo desde la salida del caballo blanco al fin del tiempo. Del estudio de Orión sabemos que el caballo blanco empezó a cabalgar de nuevo en el año 1846, cuando el Evangelio fue restaurado a la pureza a través de la verdad del sábado del séptimo día (cada 7 días).

(Anotación de agosto de 2016: Para obtener más información sobre el cumplimiento del sexto sello clásico, véase la adición al artículo La Historia se Repite, parte II. El cumplimento del sexto sello repetido es explicado en la adición al artículo Señales del Fin y las diapositivas 101-114 de la Presentación de Orión.)

Vamos a avanzar un paso más. El final de una ronda del reloj está marcado por la misma estrella del caballo blanco. El ciclo comienza con el caballo blanco, y termina con el caballo blanco. Cuando el ciclo de reloj de 168 años termina en el año 2014-2015 de Orión marcando el comienzo de las plagas, la formación de un otro Evangelio puro y blanco será completada: los 144.000. Al igual como en el nacimiento de Jesús, el gran reloj apuntó a esa hora, todos los 144.000 habrán sido nacidos de nuevo a la imagen de Cristo cuando el reloj llegue nuevamente a este punto.

Hubo otro momento de la historia cuando el caballo blanco del Evangelio puro salió. Dios creó a Adán de forma perfecta, sin ningún pecado. Él era puro y limpio. El mensaje del Evangelio salió después de la caída, predicado por testigos de primera mano que habían visto y aún tocado al Señor en el Edén. Las primeras lecciones del sistema de sacrificios se les enseñaron cuando los animales tenían que ser sacrificados para vestir a la pareja desnuda, y la promesa del Evangelio de ese día fatídico, todavía existe en el registro sagrado:

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Génesis 3:15)

Así que, vemos que el libro de los siete sellos, que comienza con el caballo blanco, se aplica a tres períodos delimitados por los siguientes eventos:

  • La Creación de Adán (4037 a.C.)
  • El Nacimiento de Jesús (5 a.C.)
  • Los sabatistas con el Mensaje del 3° Ángel (1846 d.C.)
  • Los 144.000 (2015 d.C.)

Los tres periodos entre esas cuatro fechas corresponden a los ministerios de los tres Miembros de la Deidad. El período entre la creación de Adán hasta el nacimiento de Jesús representa la obra del Padre. Jesús, el Hijo, comenzó Su fase en Su nacimiento hasta que entró en el Lugar Santísimo. El Espíritu Santo comenzó Su obra especial de santificar al pueblo de Dios a través del Juicio Investigador, que continuará hasta que la intercesión de Jesús cesará en el otoño de 2015.

Three DispensationsImagen 1 – Los Tres Periodos (correspondientes al Padre, Hijo, y Espíritu Santo)

Al ver los periodos de cada Miembro del Consejo Divino a gran escala en una línea de tiempo, se hace inmediatamente evidente que cada época sucesiva es más corta que la anterior. Esto no implica menos actividad, sino que da testimonio de la creciente proporción de actividad humana y del crecimiento del conocimiento. La proporción del cambio experimentado por los pueblos antiguos era mucho menos que hoy. Los medios de transporte empleados durante cada época se utilizan comúnmente para mostrar la aceleración drástica del conocimiento dentro de los últimos ciento cincuenta años (más o menos). Viajes a pie, en animales, o por cualquier vehículo de tracción animal, era el modo en uso durante toda la historia antigua. En el corto lapso de la “hora del juicio”, los medios del transporte han avanzado hasta el punto de que el hombre puede viajar alrededor de todo el mundo en cuestión de horas. Más asombroso aún, es el aumento fenomenal en la comprensión de la Biblia en los últimos años. La increíble cantidad de luz que brilla a través de la Biblia hoy deslumbra en marcado contraste con las épocas pasadas, ¡cuando una sola verdad bíblica recién redescubierta era suficiente para justificar la fundación de una completa nueva denominación! Es cierto, que parece que el tiempo está corriendo más rápido. Es como se nos ha dicho:

Los agentes del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos. {Joyas de los Testimonios, tomo 3, pág. 280. Año 1909}

Una obra de tres tomos

Cualquiera que entiende el Reloj de Orión sabe que es el Reloj del Juicio. Se extiende por la Hora del Juicio, que es la 11ª hora de la última gran época de dos mil años y es representado simbólicamente en las escenas de la Sala del Trono de Daniel y Apocalipsis. Es la escritura oculta en el interior (por dentro) del Libro de los Siete Sellos. Dirigiendo nuestra atención de nuevo a las anteriores 11 horas desde el nacimiento de Jesús hasta el Juicio, vemos la interpretación clásica de los siete sellos. Dirigiendo nuestra atención aún más atrás a la gran época de cuatro mil años antes de Cristo, y teniendo en cuenta la declaración fascinante de Elena de White de que el libro de siete sellos del Revelador contiene la historia de las naciones desde el principio de los tiempos (y mucho más), uno debería preguntarse, si la voz de Dios que viene de Orión tiene aún algo más que decir. ¡Vamos a ver!

El Libro de los Siete Sellos es también llamado un rollo (Zacarías 5). Se puede imaginar enrollando una tabla grande, como el diagrama de Orión, de manera que el gráfico se oculta en el interior del rollo. La escritura en el exterior seguiría siendo legible, pero el interior no se ve. Ahora imagina mirando a través de uno de los extremos del rollo como a través de un telescopio, ya como a los niños a menudo les gusta a hacer. Si apuntaras este rollo de “telescopio” a Orión, vieras un círculo que contiene las estrellas de la constelación de Orión, al igual de la forma del Reloj de Orión que estamos acostumbrados a ver.

Mirando al Reloj de OriónImagen 2 – Mirando al Reloj de Orión

Mientras estamos mirando a través de nuestro telescopio imaginario, ¿crees que podríamos ser capaces de vislumbrar el espacio abierto en Orión? Por lo demás, ¿qué en realidad ES esta apertura en Orión? Uno de nuestros pioneros adventistas, José Bates, escribió un honorable ensayo llamado “Los cielos se abren” [inglés], que es realmente muy congruente con nuestro tiempo presente. Él muestra allí que el descenso de la Nueva Jerusalén del cielo es un evento literal, y describe la Nebulosa de Orión como un vasto salón abierto en el cielo a través del cual descenderá. Sin duda tiene toda la razón, pero hay mucho más que entender.

En primer lugar, observen que los cielos son comparados con un rollo o pergamino en la Biblia, al igual que nuestro enrollado telescopio imaginario:

Y el cielo se desvaneció como un pergamino que se enrolla; ... (Apocalipsis 6:14)

Y todo el ejército de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro; ... (Isaías 34:4)

Cuando la historia experimenta la transición de un período celestial a otro, vemos que los cielos se abren de una manera especial. Cuando Jesús comenzó Su dispensación, por ejemplo, los cielos se abrieron como se describe a continuación:

Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia. (Lucas 3:21-22)

Cuando los judíos habían rechazado completamente a Jesús y obstinadamente negaron arrepentirse, la puerta de la gracia para ellos como una nación fue cerrada y el Evangelio fue dado a los gentiles. Este cambio fue acompañado por la apertura de los cielos:

Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios. (Hechos 7:55-56)

Cuando los cielos se abrieron, la historia no sólo pasó una página, sino comenzó otro Tomo del Libro de los Siete Sellos.

La Visión de Hiram EdsonCuando el Juicio Investigador comenzó en el santuario celestial en 1844, los cielos se abrieron de nuevo. En ese mismo Día de la Expiación, Hiram Edson tuvo una visión en la que vio a Jesús entrar en el Lugar Santísimo en el santuario celestial:

El cielo pareció abrirse ante mi vista, y vi distinta y claramente que nuestro Sumo Sacerdote en vez de salir del Lugar Santísimo del santuario celestial para venir a esta tierra en el décimo día del séptimo mes, al final de los 2300 días, Él, por primera vez entró en ese día en el segundo departamento del santuario. Vi que Él tenía una obra a realizar en el Lugar Santísimo antes de venir a la tierra. (FD Nichol. El Clamor de Medianoche. Pág. 458. Citado por Wikipedia) [traducido]

Un par de años más tarde, José Bates publicó la obra mencionada anteriormente. Se publicó en el año 1846, exactamente el año del primer sello del reloj de Orión.

¡No es de extrañar que los cielos se abran hoy de nuevo a la mente de aquellos que están bajo la influencia del Espíritu Santo, cuando la intercesión de Jesús en el santuario celestial se acerca a su fin! El último mensaje de advertencia al mundo antes de la Segunda Venida literal se introduce de la siguiente manera:

Aconteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los cinco días del mes, que estando yo en medio de los cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios. (Ezequiel 1:1)

Ezequiel comienza su testimonio al declarar que los cielos le fueron abiertos. Es este mismo capítulo donde se encuentra la visión del reloj de Orión con sus “ruedas”.

Ahora vamos a desenrollar nuestro “rollo” de Orión y veremos lo que nos dice, ¿de acuerdo?

Con el fin de ver cómo las manecillas del reloj apuntan a las fechas históricas, podemos poner el reloj junto a la línea de tiempo de la historia, cuidadosamente asegurándonos de alinear las marcas de graduación del reloj a las marcas de años en la línea de tiempo. Entonces, podemos “desenrollar” el reloj, por lo que podemos ver cómo todo el reloj se alinea con la línea de tiempo a la vez:

Imagen 3 – Desenrollando el Registro de la Sagrada Historia (animación)

Al desenrollar el reloj, observen que la estrella central, Alnitak, se extiende por todo el largo del lapso. Alnitak es la estrella de Jesús, y esto demuestra una vez más que Alnitak, Él que fue herido, era el Cordero inmolado desde la fundación del mundo. Esta es la razón que Su nuevo nombre está escrito en la frente de los santos:

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. (Apocalipsis 3:12)

Elena de White dice sobre este nuevo nombre:

Los 144,000 estaban todos sellados y perfectamente unidos. En su frente llevaban escritas estas palabras: “Dios, nueva Jerusalén,” y además una brillante estrella con el nuevo nombre de Jesús. {PE 15}

Estas breves líneas están cargadas de significado. Tengan en cuenta que este nuevo nombre está en la frente de ellos, que se menciona en relación con el sellado, y que hay tres cosas que están escritas en la frente de los santos. Pregúntenle a cualquier adventista que explicara el sello de Dios, y él se apresurara a explicar que es como el sello de cada rey, presidente o líder. Contiene (1) su nombre, (2) su territorio, y (3) su cargo. Les diría que es el sello de Dios del cuarto mandamiento y contiene (1) el nombre de Dios, (2) todo el cielo y toda la tierra como su territorio, y (3) su cargo como Creador. Por desgracia, él se quedaría perplejo si se le pide que explicase el sello de Apocalipsis 3:12, excepto que entienda la profundidad del mensaje de Orión.

Una Obra de Tres TomosEn este artículo se ha demostrado que el libro de los siete sellos es una obra de tres tomos. Nosotros podríamos titular los tomos de la siguiente manera:

Tomo 1 – De la Creación hasta Cristo
Tomo 2 – De Cristo hasta el Juicio
Tomo 3 – Del Juicio hasta la Justicia

El contenido de los tomos es el desarrollo de la historia destacada en las heridas de Jesús como se muestran en Orión. Ya conocemos el contenido de los Tomos 2 y 3 de los libros de la historia cristiana y adventista, respectivamente, y cómo los siete sellos delinean los distintos períodos. Vamos a echar un vistazo al Tomo 1, ¿están de acuerdo?

El gran ciclo del reloj

Así como la investigación bíblica, histórica y arqueológica alcanzan cada vez un nivel más alto de excelencia, el relato bíblico de la historia se confirma cada vez más. Utilizando la información genealógica y otros datos del tiempo contenidos en el libro de Génesis solo, es posible formar un relato cronológico de la historia sagrada desde la Creación hasta la muerte de José en el antiguo Egipto. Agregando información cronológica de varios otros libros del Antiguo Testamento nos facilita la cronología del Éxodo y del cruce del Jordán. Después de eso viene el tiempo de los jueces, los reinados de los reyes, el período de cautiverio, la reconstrucción de Jerusalén, y finalmente la crucifixión. La historia secular confirma una buena parte de la historia sagrada, llegando tan lejos como a los reyes y en algunos casos incluso más atrás que eso.

Sin embargo, cualquier persona que empieza a estudiar la cronología bíblica, inmediatamente reconoce que hay dificultades. Hay dos cronologías importantes, una larga y una corta, que están en uso. Como expresión de la voz de Dios, el reloj de Orión tiene un valor especial en el establecimiento de la cronología bíblica exacta. Ya hemos visto cómo nos dio a conocer la fecha de la Creación y del Nacimiento de Cristo, pero hay mucho más que podemos aprender de este reloj. Se podría esperar que el reloj confirmara las fechas importantes como el año del Diluvio, el Éxodo y otros años bíblicos muy importantes. Y en realidad es así:

ComparaciónImagen 4 – El Gran Ciclo del Reloj y los Eventos Correspondientes

El reloj del juicio, con sus 24 “horas” de 7 años cada uno, tiene una resolución de un año. Un ciclo de reloj entero abarca 168 años. Cuando la “rueda” de Orión está desenrollada sobre todo el mucho más grande período de tiempo desde la Creación hasta Cristo, la resolución es de 24 años. Mientras que un “tic” del reloj del juicio indica un año, en el gran reloj un “tic” indica 24 años.

Por definición, el reloj se ajusta de modo que la “marca del tic” de la primera estrella corresponde a 4037 a.C. cuando Dios creó al primer Adán como se explica en Navidad 2.0, y un ciclo completo del reloj llegará hasta el nacimiento del segundo Adán, Jesucristo, en el año 5 a.C. El inicio y el final del ciclo completo están ambos representados por el Caballo Blanco.

Adán fue creado perfecto, pero cayó de la perfección en el pecado. Dios le enseñó el Evangelio puro desde el principio, cómo Dios le proveería un Sustituto para morir en su lugar. A medida que pasaron los años, el pecado introducido al mundo por Adam se agravó provocando problemas cada vez mayores, empezando con el derramamiento de la sangre de Abel y difundiéndose hasta que los pensamientos de los corazones de los hombres llegaron a hacer siempre sólo el mal.

La historia bíblicaImagen 5 – La Historia Bíblica y el Reloj de Orión

¡Tengan en cuenta a dónde la segunda estrella apunta! Es visualmente obvio que apunte al Diluvio, pero hay aún más que podemos aprender si lo examinamos de cerca. Recuerden que los punteros del reloj tienen una resolución. De hecho, el Diluvio está exactamente al final del “tic del reloj” indicado por la estrella. La destrucción del mundo por el agua sirve como un ejemplo para la destrucción del mundo por las plagas y el fuego en última instancia. Que el Diluvio ocurrió al fin del “tic del reloj” es un testimonio de la paciencia de Dios. Es una confirmación de que las plagas indicadas por el año 2014-2015 en Orión, de hecho, sucederán también al final de ese “tic de reloj”, o sea en el otoño de 2015 como lo hemos explicado en El Error de Miller.

El Diluvio de Noé representa el mayor cambio físico en la historia de nuestro planeta desde su creación. La demografía mundial cambió de manera drástica y repentina cuando vino el Diluvio. El número incalculable de habitantes del mundo antediluviano perecieron todos a la vez, a pesar de las ocho almas de Noé y su familia. Si el color rojo del caballo rojo del Apocalipsis representa la matanza de hombres, no podría haber existido jamás un día más rojo que eso. Al llegar al antitipo del Diluvio muy pronto, no debemos repetir sus errores.

¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos? Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel? (Ezequiel 18:23, 33:11)

La principal razón por la que la gente de la tierra no hizo caso de las advertencias de Noé, fue que pensaba que Dios sería demasiado “amoroso” para destruir el mundo entero. Este es un sobrio recordatorio para los miembros de un gran número de iglesias de hoy, donde el “amor” es el único tema aceptable para el púlpito y cualquier mención de la destrucción venidera se califica como alarmismo, intimidación, o pesimismo:

No todos los hombres de aquella generación eran idólatras en el sentido estricto de la palabra. Muchos profesaban ser adoradores de Dios. Alegaban que sus ídolos eran imágenes de la Deidad, y que por su medio el pueblo podía formarse una concepción más clara del Ser divino. Esta clase sobresalía en el menosprecio del mensaje de Noé. Al tratar de representar a Dios mediante objetos materiales, cegaron sus mentes en lo que respectaba a la majestad y al poder del Creador; dejaron de comprender la santidad de su carácter, y la naturaleza sagrada e inmutable de sus requerimientos. A medida que el pecado se generalizaba, les parecía cada vez menos grave, y terminaron por declarar que la ley divina ya no estaba en vigor; que era contrario al carácter de Dios castigar la transgresión; y negaron que sus juicios se harían sentir en la tierra. Si los hombres de aquella generación hubieran obedecido la ley divina, habrían reconocido la voz de Dios en la amonestación de su siervo; pero al rechazar la luz sus mentes se habían vuelto tan ciegas, que creyeron de veras que el mensaje de Noé era un engaño.

No fueron las multitudes o las mayorías las que se colocaron de parte de lo justo. El mundo se puso contra la justicia y las leyes de Dios, y Noé fue considerado fanático. Satanás, al tentar a Eva para que desobedeciese a Dios, le dijo: “No moriréis.” (Gén. 3:4.) Grandes hombres del mundo, honrados y sabios, repitieron lo mismo. “Las amenazas de Dios -dijeron- tienen por fin intimidarnos y nunca se realizarán. No debéis alarmaros. Nunca se producirá la destrucción de la tierra por el Dios que la hizo ni el castigo de los seres que él creó. Podéis estar tranquilos; no temáis. Noé es un descabellado fanático.” El mundo se reía de la locura del iluso anciano. En vez de humillar sus corazones ante Dios, persistieron en su desobediencia e impiedad, como si Dios no les hubiera hablado por su siervo. {PP 82,83}

La escalera de Jacob y el jubileo sin júbilo

La próxima estrella podría no ser tan obvia como el Diluvio, pero también confirma la historia bíblica, y al mismo tiempo la historia bíblica confirma el reloj a través de esta estrella. Después del Diluvio, la raza debilitada continuaba degradándose. Dios hizo promesas especiales a Abraham, a Isaac y a Jacob, a pesar de que cada uno de ellos demostró crecientes tendencias a la mentira y el engaño. En el punto más bajo posible, Jacob se encontró indigente, solo y separado de su familia, cuando él puso su cabeza sobre una piedra en la noche mientras huía de la venganza prometida de su hermano. El hijo de la promesa había huido, y los pioneros de la verdad parecían casi muertos. Esto acertadamente marca el periodo del caballo negro del tercer sello.

Fue en este momento cuando Dios se le apareció a Jacob y le prometió que lo iba a llevar a casa una vez más. Fue aquí donde Jacob vio una escalera (como la LGS) al cielo, y él vio el cielo abierto (Orión) y llamó al lugar Bet-el, porque era allí donde él había visto “la Casa de Dios.” Jacob sabía dónde estaba el cielo y donde estaba Dios. Los que estudian el Orión pueden también saber dónde Él está. Hasta hoy día, algunos llaman las estrellas del cinturón la “Escalera de Jacob” en memoria de su visión. Así comenzó no sólo su estadía en una tierra extraña y el servicio a un tío opresivo, sino era también el comienzo de una nueva nación de personas que serían llamados los elegidos de Dios. Fiel a Su promesa, Dios trajo a Jacob de vuelta sano y salvo a su patria después de su personal experiencia de un “vagar de 40 años”.

Durante el período del caballo negro, los hijos de Israel (Jacob) descendieron a Egipto y se multiplicaron allí. Dios cumplió la promesa que le hizo a Abraham y los libró de Egipto exactamente 430 años desde que había salido de Harán a la edad de 75 años. Entendiendo los 40 años de vagar en el desierto nos lleva a la entrada en Canaán. Tanto el Éxodo y la entrada en Canaán están dentro de un “tic del reloj” de las líneas del trono y así el reloj de Orión confirma una vez más la historia sagrada. Estas fechas, en especial la entrada en Canaán, establecen el ciclo de los Jubileo, entre otras cosas. Este es un tema de gran interés para muchos, y me complazco compartiendo nuestras conclusiones sobre el asunto a pesar de que podría ser una sorpresa mezclada.

Contando hasta el 70° Jubileo desde la entrada en Canaán confirmada por Orión, llegamos exactamente al año 1890. Sí, esto demuestra una vez más que era el plan de Dios que Jesús volviera en 1890. Esto armoniza con todos nuestros estudios, pero para aquellos que esperan el Jubileo en el futuro cercano, es un doloroso recordatorio de 1888 y del hecho de que la dureza del corazón del hombre en realidad puede impedir el cumplimiento de la profecía. Dios no puede y no va a salvar a una persona o un pueblo en contra de su voluntad, y el bien que Él promete sólo se puede lograr con la cooperación voluntaria. ¡Oh, será verdad que hemos aprendido nuestras lecciones del pasado! Los hijos de Israel no podían entrar a Canaán en cualquier momento que quisieran, tenía que ser de acuerdo con el tiempo de Dios, sin embargo, tenía que poner cooperación de su parte. Nuestra primera oportunidad se perdió trágicamente en 1890, que es ahora confirmado por el reloj de los Jubileos. Ahora es el momento de prepararnos para nuestra segunda y única oportunidad en 2016. El 70° Jubileo como tipo ya ha pasado, y el tiempo para el gran Jubileo antitípico en el cielo ha llegado. ¿Has tomado la decisión de vencer sin miedo a los “habitantes de la tierra” (el pecado en tu vida) con la fuerza del Señor y servirle en todo, pase lo que pase?

Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. (Josué 24:15)

(En realidad es un asunto individual. Es posible que no seas capaz de servir a Dios con toda tu casa como lo hizo Josué.)

La división de la tierra entre las tribus por Josué fue seguida por la historia de los jueces de Israel. Con el tiempo los hijos de Israel llegaron a ser tan mundanos que querían un rey para gobernar sobre ellos “como todas las naciones”. Así comenzó la historia de los reyes de Israel y de Judá, que nos lleva hasta el final del camino degradante “cuesta abajo” a través de esta época.

Diez veces más brillante

El “tic” de la cuarta estrella, correspondiente al cuarto sello del caballo amarillo, indica la fecha exacta del año 677 a.C.

Para aquellos que no reconocen inmediatamente la importancia de ese año, permítame presentarles a la mayor joya en el cofre de joyas de Guillermo Miller. Es la profecía de tiempo de la más larga duración en la Biblia. No es la profecía de los 2300 días de Daniel que es tan bien conocida entre los adventistas. Esa no es ni la profecía más larga de la Biblia ni la única profecía que termina en 1844.

Los “siete veces” en Levítico 26 (véase el apéndice) representa algo más que sólo un aumento en la intensidad de la disciplina de Dios sobre Israel. Guillermo Miller reconoció que se trata de un período profético de 7 años proféticos o 7 × 360 = 2520 días proféticos, de manera similar como “un tiempo, tiempos, y medio tiempo” se interpretan como 3 años y medio proféticos o 1260 días proféticos. Miller descubrió que la profecía de 2520 y otras profecías llegaron al año 1843, que fue más tarde corregido a 1844. Dando conferencias sobre estas cosas a raíz de la lluvia de meteoros del sexto sello de 1833, muchos corazones se conmovieron y se volvieron hacia Dios a la luz de la evidencia abrumadora. Voy a dar al propio Miller el honor de explicar el inicio de estos siete años proféticos:

Estos siete años de servidumbre deben incluir estos cuatro reinos, Babilonia de Nabucodonosor, que era la cabeza de oro, Media y Persia, Grecia y Roma, que constituyeron todo el hombre de pecado, de su cabeza a sus dedos del pie.

¿No debemos preguntarnos entonces, cuándo comenzó la esclavitud de los hijos de Dios? Yo respondo, cuando Babilonia literal comenzó a ejercer autoridad sobre ellos. En el vigésimo segundo año del reinado de Manasés, en el año 677 antes de Cristo, la última de las diez tribus fue llevada, e Israel dejó de ser una nación, de acuerdo con la profecía de Isaías 7:8: “Porque la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín; y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado hasta dejar de ser pueblo.” Isaías profetizó esto en el año 742 antes de Cristo, y esta profecía se cumplió literalmente sesenta y cinco años después, en el año 677 antes de Cristo. Entonces, también Manasés, rey de Judá, fue llevado cautivo a Babilonia, y las amenazas de Dios comenzaron para su pueblo. 2 Reyes 21:10-14: “Habló, pues, Jehová por medio de sus siervos los profetas, diciendo: Por cuanto Manasés rey de Judá ha hecho estas abominaciones, y ha hecho más mal que todo lo que hicieron los amorreos que fueron antes de él, y también ha hecho pecar a Judá con sus ídolos; por tanto, así ha dicho Jehová el Dios de Israel: He aquí yo traigo tal mal sobre Jerusalén y sobre Judá, que al que lo oyere le retiñirán ambos oídos. Y extenderé sobre Jerusalén el cordel de Samaria y la plomada de la casa de Acab; y limpiaré a Jerusalén como se limpia un plato, que se friega y se vuelve boca abajo. Y desampararé el resto de mi heredad, y lo entregaré en manos de sus enemigos; y serán para presa y despojo de todos sus adversarios;” Además, 24:3-4: “Ciertamente vino esto contra Judá por mandato de Jehová, para quitarla de su presencia, por los pecados de Manasés, y por todo lo que él hizo; asimismo por la sangre inocente que derramó, pues llenó a Jerusalén de sangre inocente; Jehová, por tanto, no quiso perdonar.” {Guillermo Miller, Una conferencia sobre los Sábados Típicos y el Gran Jubileo} [traducido]

Tuve cuidado de citar no sólo las declaraciones técnicas de Miller, sino también la furia de Dios sobre un pueblo tan favorecido. La paciencia de Dios tiene un límite. Dios abandonó el remanente de Su pueblo en aquel entonces para quitarlo de Su presencia, y Jesús también ha prometido para hoy que Él vomitará de su boca el “remanente” que orgullosamente se autodenomina Laodicea. La ira de Dios no es cosa de risa, amigos.

Una plomada es un peso en la punta extrema de un cordel. Se utiliza en la construcción para asegurar que una dimensión de la estructura esté verdaderamente “plomada” o vertical. Hay exactamente tres versículos en la Biblia que mencionan una plomada o cordel. Miller citó con anterioridad a la primera ocurrencia. La segunda es la siguiente:

por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el refugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo. (Isaías 28:16-17)

Estos versos se encuentran en medio de una reprimenda a los “ebrios de Efraín” (los líderes de la Iglesia Adventista del Séptimo Día) que deberían haber recibido la lluvia tardía con el mensaje de Orión, pero la rechazaron:

a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oir. (Isaías 28:12)

La tercera referencia a una plomada, de nuevo está relacionada a la colocación de una fundación:

Las manos de Zorobabel echarán el cimiento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra. (Zacarías 4:9-10)

Sabemos que la piedra angular es Jesucristo, el Hombre que sigue en pie en Orión intercediendo con la sangre que manaba de Sus heridas. Su estrella, Alnitak, está en el centro de “los siete” de Orión, que son los “ojos” de las ruedas de Ezequiel en el reloj celestial. Ellos continuamente siguen a su trayectoria en los cielos y son visibles a través de toda la tierra.

Las estrellas de Orión apuntan como una plomada a los acontecimientos históricos que establecen el “fundamento seguro” de nuestra fe, y la cuarta estrella exterior del reloj no es una excepción en señalar al año 677 a.C.

No puedo dejar este tema sin decir una palabra acerca de Jeff Pippenger, quien es un proponente bien conocido de la profecía de 2520. Lo conocí en persona hace unos años atrás en una de sus conferencias y le hice algunas preguntas, pero no espero que él se acuerde de mí. Su respuesta a una de mis preguntas reveló que él está estrictamente en contra de fijar fechas, y se sabe de él también, que afirma la creencia que la profecía de 2520 es un asunto de salvación. John ya ha tratado a fondo el tema de fijación de fechas en los artículos de la sección Día y Hora, pero me gustaría añadir mi granito de arena a la siguiente cita, ya que se relaciona con el tema:

La mención de una fecha precisa para el juicio, en la proclamación del primer mensaje, fue ordenada por Dios. La computación de los períodos proféticos en que se basa ese mensaje, que colocan el término de los 2.300 días en el otoño de 1844, puede subsistir sin inconveniente. Los repetidos esfuerzos hechos con el objeto de encontrar nuevas fechas para el principio y fin de los períodos proféticos, y los argumentos para sostener este modo de ver, no sólo alejan de la verdad presente, sino que desacreditan todos los esfuerzos para explicar las profecías. Cuanto más a menudo se fije fecha para el segundo advenimiento, y cuanto mayor sea la difusión recibida por una enseñanza tal, tanto mejor responde a los propósitos de Satanás. Una vez transcurrida la fecha, él cubre de ridículo y desprecio a quienes la anunciaron y echa oprobio contra el gran movimiento adventista de 1843 y 1844. Los que persisten en este error llegarán al fin a fijar una fecha demasiado remota para la venida de Cristo. Ello los arrullará en una falsa seguridad, y muchos sólo se desengañarán cuando sea tarde. {CS 510}

La predicación de Miller fue ordenada por Dios, de igual manera las estrellas de Orión también fueron “ordenadas” por Dios. El cómputo de los períodos proféticos (plural, incluyendo el 2520) subsiste sin inconveniente, y también lo hace el reloj de Orión.

El resto del párrafo se dirige a aquellos que rechazaron los cálculos inconvenientes que fueron ordenados por Dios. ELLOS alejan las mentes de la verdad presente. ELLOS desacreditan todos los esfuerzos para explicar las profecías. SUS despreciables intentos de fijar fechas echan oprobio contra el gran movimiento adventista. Si ELLOS persisten, llegarán a fijar una fecha demasiado remota.

Por el contrario, el reloj de Orión no es simplemente una fijación de tiempo por la imaginación de hombres. Fue ordenado por Dios y subsiste sin inconveniente, y honra el gran movimiento adventista, haciendo brillar sus joyas diez veces más, añadiendo en gran manera a su grandeza y cantidad.

Ahora consideren esta cita que se asocia con la profecía de 2520:

... Si vosotros no creyereis, de cierto no permaneceréis. (Isaías 7:9)

Mi último comentario a Jeff Pippenger y sus seguidores, que hacen de los 2520 un asunto de salvación, es tornar este versículo en contra de ellos. Si VOSOTROS no creyereis el mensaje de Orión, de cierto no permaneceréis. Jeff, mi experiencia personal con tus seminarios y videos es, que estás nadando en un pantano profético de abstracción y vaguedad, porque no estás viendo que la prohibición de fijar fechas fue levantada. En mi opinión, eres semejante a un hombre que sabe que tiene una cita con el presidente, ¡pero no lleva un reloj para ver qué hora es en la actualidad, ni hace ningún esfuerzo para saber cuándo se le espera!

Otros defensores de los 2520 años que son más liberales y dispuestos a fijar fechas lo hacen sin ningún tipo de entendimiento. Son como niños que están encantados de tener su primer reloj, pero no saben cómo leerlo. Es sólo un juguete para ellos, algo para entretenerse. Cualquier persona que participe en el segundo Clamor de Medianoche debe estudiar nuestro artículo que explica lo que Dios quiere decir cuando dice: “Es necesario que profetices otra vez...”

Para concluir el cuarto sello, tengan en cuenta que el caballo pálido cuyo jinete es la Muerte es una representación perfecta de una nación que se había vuelto tan mundana que era aún más mundana que el mundo mismo. Ya no era un pueblo peculiar. Sus líderes eran como cadáveres bamboleando encima de un caballo moribundo. Finalmente, todo el pueblo fue llevado al cautiverio, Jerusalén fue destruida y el templo de Salomón fue quemado.

La historia secular está de acuerdo con el año 677, los años restantes de los reyes, el cautiverio de 70 años, los 80 años que abarcan el decreto de Ciro, y el decreto de Artajerjes, y finalmente las 70 semanas de Daniel hasta la Crucifixión.

La autoridad de la palabra de Dios

El gran ciclo del reloj de Orión confirma las fechas de Canaán hacia atrás a la Creación y de la cautividad de Manasés al nacimiento de Cristo. Echemos un breve vistazo a los 865 años entre Canaán y la cautividad de Manasés. Al principio, el siguiente versículo parece ser de gran ayuda:

En el año cuatrocientos ochenta después que los hijos de Israel salieron de Egipto, el cuarto año del principio del reino de Salomón sobre Israel, en el mes de Zif, que es el mes segundo, comenzó él a edificar la casa de Jehová. (1 Reyes 6:1)

Descontando los 480 de los 865, nos quedan 385 años para la mayoría del reinado de Salomón y de los reyes hasta la cautividad de Manasés. Tal vez no es inmediatamente obvio, pero en realidad no se puede colocar los reinados de los reyes sobre tantos años para lograr un resultado armonioso. Por eso, el testimonio de Pablo es muy interesante:

Después, como por cuatrocientos cincuenta años, les dio jueces hasta el profeta Samuel. Luego pidieron rey, y Dios les dio a Saúl hijo de Cis, varón de la tribu de Benjamín, por cuarenta años. (Hechos 13:20-21)

Se restamos los 450 de los 480 de 1 Reyes 6:1 resultan sólo 30 años, y ¡todavía no hemos descontado ni el vagar en el desierto de cuarenta años, ni el reinado de 40 años de Saúl, ni el reinado de 40 años de David, ni algunos otros períodos de tiempo más pequeños! ¿Cuál será correcto, Hechos 13 o 1 Reyes 6:1?

¿Ves lo que está pasando? En un lado de la fecha de la fundación del templo no hay suficientes años, pero en el otro lado hay demasiados años. La conclusión lógica es que los 480 años de 1 Reyes 6:1 están equivocados. Si bien nuestro propio Comentario Bíblico fuertemente afirma la validez de este texto, otros comentarios se oponen a ella por muchas buenas razones. Hay que aplicar mucho cuidado si nos atrevemos a desafiar la palabra de Dios.

Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, (2 Timoteo 3:16)

¿Es posible que Dios permitiera un error en Su palabra escrita? Sabemos que Él usa instrumentos humanos para registrar, difundir y traducir Su palabra a través de los milenios. También sabemos que hay algunos errores menores, como signos de puntuación fuera de lugar y similares. Esto no debilita nuestra fe en la Palabra inspirada porque fácilmente podemos comparar otros versículos de la Biblia para resolver cualquier duda, pero ¿por qué permitiría Dios tal error evidente como el de los 480 años en su Palabra inspirada? Tal vez hay una lección importante en esto.

La palabra de Dios es la única voz que tiene autoridad suficiente para interpretarse y corregirse a sí misma. La voz de Dios de Orión es tan autoritativa como la palabra escrita. Es una base más sólida que sólo los 480 años mencionados para la terminación del templo de Salomón. Ella confirma claramente la cautividad de Manasés en el año 677 a.C., y confirma claramente la línea de tiempo de Canaán atrás a la Creación. Por lo tanto, nos dice que los 480 años desde el Éxodo hasta la fundación del templo son definitivamente erróneos, y que el resumen de Pablo de la duración del tiempo de los jueces de hecho nos da un cálculo más preciso.

La solución de un antiguo problema de la cronología bíblica satisface más que la curiosidad de algunos aficionados de la historia bíblica. Esto demuestra que el mensaje de Orión es tan fiable como el mismo Jesús que está allí intercediendo por ti y por mí. Vamos a volver a la cita inicial de la Hermana White:

Este rollo fue escrito por dentro y por fuera. Juan dice: “Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.” La visión que se presenta a Juan hizo su impresión en su mente. El destino de cada nación estaba contenido en ese libro. Juan estaba angustiado ante la incapacidad absoluta de cualquier ser humano o inteligencia angélica de leer las palabras, ni siquiera de mirarlas. Su alma había sido agitada hasta tal punto de agonía y suspenso que uno de los ángeles fuertes tuvo compasión de él, y poniéndole las manos encima dijo de modo tranquilizador: “No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.” {20MR 197.3} [traducido]

Juan continúa: “Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra. Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.” A medida que el libro se desenrollaba, todos los que lo miraban se llenaron de temor y pavor. No había espacios en blanco en el libro. No había espacio para escribir nada más. [Apocalipsis 5:8-14; 6:8, citado.] {20MR 197.4} [traducido]

Las Heridas de JesúsEl reloj de Orión contiene el destino de cada hombre. La hora indicada en el reloj tiende un puente sobre el abismo del pecado entre el Edén y la Nueva Jerusalén, y proporciona una base para establecernos en contra de las más violentas tormentas que la humanidad jamás ha conocido.

¿Estás enfrentando tormentas en tu vida de hoy? Vuelve tus ojos hacia Orión y permite que Alnitak (Jesús), Él que fue herido, ¡sea el centro de tu afecto! Andando en tu camino personal alrededor el reloj, permite que Sus preciosos rasgos de carácter impresionen tu corazón.

“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas [ellos fueron pronunciados como puros y santos], y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” [Apocalipsis 6:9-11]. Allí, las escenas se presentaron a Juan que no sucedieron en la realidad, sino que acontecerán en un periodo de tiempo en el futuro. {20MR 197.5} [traducido]

Amigos, el quinto sello se repite. Costará mucho para ser “pronunciados puros y santos”, no importa cómo lo valorizan, pero les ruego por el bien de Quien derramó Su sangre por ustedes, que se mantengan fieles a Él a cualquier precio. Como Juan el Revelador estaba reconfortado “de modo tranquilizador” por el hecho de que el libro había sido abierto, también nosotros podemos ser consolados por el libro ahora abierto que responde nuestro grito angustiado de “cuánto tiempo” debemos aguantar la tormenta.

Ustedes deben saber que este artículo fue escrito y publicado por instrucción divina como fin de la categoría “El Reloj de Dios”. Dios especificó la fecha del lanzamiento a través del Espíritu de Profecía viviente. Como instrumentos humanos, no somos inmunes a los errores, como bien sabemos, pero sí sabemos cómo escuchar y obedecer a Dios cuando nos dice que debemos ofrecer alimento espiritual a Su pueblo en el momento adecuado.

Dios escogió nuestra ubicación aquí en Paraguay en el hemisferio sur, antes de que cualquiera de nosotros supiera que existe tal cosa como el mensaje de Orión. Él es quien nos dirige y guía. Mientras que ustedes vean los acontecimientos reales, tangibles y visibles desarrollándose en este año en cumplimiento de la profecía, yo les aconsejo que tomen en serio los mensajes que les llegan de los “lugares secretos del sur”.

 

Apéndice: La Profecía de 2520

En su predicación, Guillermo Miller mostró que varios grandes períodos proféticos llegaron todos a su fin en 1843 (más tarde corregido a 1844). El más largo de los períodos proféticos se calcula como 2520 días proféticos o 2520 años literales, basado en las “siete veces” de la maldición en Levítico 26 (abajo). Miller mostró a través de otros textos de la Biblia, que el cautiverio de Manasés marcó el inicio de la maldición, y así el inicio de este gran período profético. Por la investigación histórica, Miller determinó que Manasés fue llevado cautivo en 677 a.C. (Él se arrepintió, y fue restaurado y continuó reinando después de eso, pero la maldición ya había sido pronunciada.) Los cálculos de Miller (véase la foto de la tabla) son los siguientes:

7 veces (inglés: times = “tiempos”) o años x 12 meses/año = 84 meses; 84 meses x 30 días/mes = 2520 días

2520 años a.C. - 677 años = 1843 años d.C.

El Diagrama de MillerCorrigiendo el error clásico de Miller, tomando en consideración que no existe el año cero entre los años 1 a.C. y 1 d.C., el resultado se convierte en 1844 en lugar de 1843.

Para obtener más información sobre los grandes períodos proféticos que Guillermo Miller encontró, véase: Una conferencia sobre los Sábados típicos y el Gran Jubileo (por Guillermo Miller) [inglés]

Levítico 26:

[La Revisión de la Ley]
1  No haréis para vosotros ídolos, ni escultura, ni os levantaréis estatua, ni pondréis en vuestra tierra piedra pintada para inclinaros a ella; porque yo soy Jehová vuestro Dios.
2  Guardad mis días de reposo, y tened en reverencia mi santuario. Yo Jehová.

[La Bendición]
3  Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra,
4  yo daré vuestra lluvia en su tiempo, y la tierra rendirá sus productos, y el árbol del campo dará su fruto.
5  Vuestra trilla alcanzará a la vendimia, y la vendimia alcanzará a la sementera, y comeréis vuestro pan hasta saciaros, y habitaréis seguros en vuestra tierra.
6  Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.
7  Y perseguiréis a vuestros enemigos, y caerán a espada delante de vosotros.
8  Cinco de vosotros perseguirán a ciento, y ciento de vosotros perseguirán a diez mil, y vuestros enemigos caerán a filo de espada delante de vosotros.
9  Porque yo me volveré a vosotros, y os haré crecer, y os multiplicaré, y afirmaré mi pacto con vosotros.
10  Comeréis lo añejo de mucho tiempo, y pondréis fuera lo añejo para guardar lo nuevo.
11  Y pondré mi morada en medio de vosotros, y mi alma no os abominará;
12  y andaré entre vosotros, y yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
13  Yo Jehová vuestro Dios, que os saqué de la tierra de Egipto, para que no fueseis sus siervos, y rompí las coyundas de vuestro yugo, y os he hecho andar con el rostro erguido.

[La Maldición]
14  Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos,
15  y si desdeñareis mis decretos, y vuestra alma menospreciare mis estatutos, no ejecutando todos mis mandamientos, e invalidando mi pacto,
16  yo también haré con vosotros esto: enviaré sobre vosotros terror, extenuación y calentura, que consuman los ojos y atormenten el alma; y sembraréis en vano vuestra semilla, porque vuestros enemigos la comerán.
17  Pondré mi rostro contra vosotros, y seréis heridos delante de vuestros enemigos; y los que os aborrecen se enseñorearán de vosotros, y huiréis sin que haya quien os persiga.
18  Y si aun con estas cosas no me oyereis, yo volveré a castigaros siete veces más por vuestros pecados.
19  Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce.
20  Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto.
21  Si anduviereis conmigo en oposición, y no me quisiereis oír, yo añadiré sobre vosotros siete veces más plagas según vuestros pecados.
22  Enviaré también contra vosotros bestias fieras que os arrebaten vuestros hijos, y destruyan vuestro ganado, y os reduzcan en número, y vuestros caminos sean desiertos.
23  Y si con estas cosas no fuereis corregidos, sino que anduviereis conmigo en oposición,
24  yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados.
25  Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.
26  Cuando yo os quebrante el sustento del pan, cocerán diez mujeres vuestro pan en un horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, y no os saciaréis.
27  Si aun con esto no me oyereis, sino que procediereis conmigo en oposición,
28  yo procederé en contra de vosotros con ira, y os castigaré aún siete veces por vuestros pecados.
29  Y comeréis la carne de vuestros hijos, y comeréis la carne de vuestras hijas.
30  Destruiré vuestros lugares altos, y derribaré vuestras imágenes, y pondré vuestros cuerpos muertos sobre los cuerpos muertos de vuestros ídolos, y mi alma os abominará.
31  Haré desiertas vuestras ciudades, y asolaré vuestros santuarios, y no oleré la fragancia de vuestro suave perfume.
32  Asolaré también la tierra, y se pasmarán por ello vuestros enemigos que en ella moren;
33  y a vosotros os esparciré entre las naciones, y desenvainaré espada en pos de vosotros; y vuestra tierra estará asolada, y desiertas vuestras ciudades.
34  Entonces la tierra gozará sus días de reposo, todos los días que esté asolada, mientras vosotros estéis en la tierra de vuestros enemigos; la tierra descansará entonces y gozará sus días de reposo.
35  Todo el tiempo que esté asolada, descansará por lo que no reposó en los días de reposo cuando habitabais en ella.
36  Y a los que queden de vosotros infundiré en sus corazones tal cobardía, en la tierra de sus enemigos, que el sonido de una hoja que se mueva los perseguirá, y huirán como ante la espada, y caerán sin que nadie los persiga.
37  Tropezarán los unos con los otros como si huyeran ante la espada, aunque nadie los persiga; y no podréis resistir delante de vuestros enemigos.
38  Y pereceréis entre las naciones, y la tierra de vuestros enemigos os consumirá.
39  Y los que queden de vosotros decaerán en las tierras de vuestros enemigos por su iniquidad; y por la iniquidad de sus padres decaerán con ellos.

[La Restauración]
40  Y confesarán su iniquidad, y la iniquidad de sus padres, por su prevaricación con que prevaricaron contra mí; y también porque anduvieron conmigo en oposición,
41  yo también habré andado en contra de ellos, y los habré hecho entrar en la tierra de sus enemigos; y entonces se humillará su corazón incircunciso, y reconocerán su pecado.
42  Entonces yo me acordaré de mi pacto con Jacob, y asimismo de mi pacto con Isaac, y también de mi pacto con Abraham me acordaré, y haré memoria de la tierra.
43  Pero la tierra será abandonada por ellos, y gozará sus días de reposo, estando desierta a causa de ellos; y entonces se someterán al castigo de sus iniquidades; por cuanto menospreciaron mis ordenanzas, y su alma tuvo fastidio de mis estatutos.
44  Y aun con todo esto, estando ellos en tierra de sus enemigos, yo no los desecharé, ni los abominaré para consumirlos, invalidando mi pacto con ellos; porque yo Jehová soy su Dios.
45  Antes me acordaré de ellos por el pacto antiguo, cuando los saqué de la tierra de Egipto a los ojos de las naciones, para ser su Dios. Yo Jehová.

[La Conclusión]
46  Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel en el monte de Sinaí por mano de Moisés.

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